No sé hasta qué momento te pierdas en el pasado,
te pierdas en el recuerdo y en mi memoria.
Lo que si estoy segura,
es que no te podré olvidar de mis sentidos, de mi piel,
de esta vida en la que he llegado para vivir de sorpresas,
una buenas, otras raras, pero nunca malas…
Esta vida juega constantemente con la lejanía
y con la distancia que nos recorre para olvidarnos
y a la vez nos invita a acercarnos.
Que tan real podrá ser algún día la cercanía,
Porque estoy que te tengo y que te pierdo en la memoria,
en esos instantes en los que respiro y me respiras,
en los que te olvido y en los que me olvidas,
esos recuerdos, memorias sujetadas en el corazón,
momentos impermeables al tiempo…
Podría rogar a los santos de mi ciudad el que te vuelva a encontrar,
como esos viajes en los que pensábamos no regresar…
en los que nos pasábamos pensando el qué ocurrirá,
en donde la contradicción del olvido y el recuerdo nos juagaban una mala dialéctica,
en el que el pasado y el ahora, parecen no ser diferentes
pero a la vez me encuentro más nueva y más muerta...
dicen que en lo muerto se encuentra siempre una mayor vivencia…
o una persona nueva que quiere ser completa,
pero que en el transcurso del respiro le falta el oxigeno, le falta el amor
le falta una parte del corazón… tal vez perdido al otro lado…
tal vez encontrado en las fotos que no se tocan,
ni se sienten tan suaves como tu mirada…
Algún día estos corazones separados serán recuperados,
serán encontrados para volverse amar
Se volverán a desear tan fuertemente que la distancia no existirá…
aunque nunca existió por que el amor nunca murió…