Naku-pinturas

domingo, 24 de octubre de 2010

Las expectativas de ganar desde América Latina


Pareciera que en el mundo se participa como un juego de tablero, en donde cada vez menos participantes se encuentran en el, en donde las reglas de juego están establecidas rigurosamente y se tiene que actuar bajo estas.

Al parecer esta idea de competencia, de rivalidad surge en esta división de clases que se han marcado con mayor inclinación en las últimas décadas, probablemente desde los 50’s, hasta el punto de crear clases sociales exorbitantemente millonarias, ancladas en una pequeñísima minoría.

Esto no es novedad para quienes diariamente lo afirmamos leyendo las notas periodísticas, las estadísticas económicas, al mirar las industrias culturales sin contenido, a quienes surge el sentimiento nostálgico e impotente al salir a las calles y observar la realidad.

Pareciera que más que un juego de tablero, es mejor dicho un largo partido de domino, domino cubano. Piezas de hasta 15 figuras, con interminables opciones, interminables combinaciones, interminables acciones.

Ganar es la expectativa, esta es la que se extiende a lo largo de la mesa, y lo largo del momento de un juego que parece interminable, a lo largo del mundo, a lo largo de las guerras históricas, de las políticas de unión, de los tratados de libre comercio, de las cúpulas de poder, de la “democracia electoral”.

Y si la suerte esta de tu lado, y si tienes las piezas precisas, y sobre todo sabes que las reglas del juego no siempre se inclinan a tu favor, podrás participar continuamente en los tiros hasta quedar inmóvil, pero seguirás adelante con la expectativa de ganar. ¿Qué si no se puede participar, qué si las piezas no están a tu favor?

Dentro de este tablero “mundo” se convulsionan los jugadores con millones de salidas, de tiros por concertar, pero desde las reglas marcadas globalmente, este tiene que atenerse a las reglas del juego que restringe y que acortan las posibilidades de acción.

Las acciones de A.L en los últimos años han sido de proveedor de piezas, de materias primas, de fuerza de obra barata.

Desde la época de la Colonización, los países Latinoamericanos nos encontramos ligados a esas reglas del juego mundial sin deberla ni temerla, ya que nos adentramos en ser participantes de segunda. Si se se piensa, que nos subimos correctamente al barco de la proceso Industrialización; que pensando en la mejora económica nos convertimos en un mercado cautivo mediante la Industrialización por Sustitución de Importaciones en los 50’s, que no ha incentivado la educación, que no ha pensado en la inversión en esta, como un motor y una salida mejor que la de seguir relacionándose en tratados desiguales, que nos dejan en desventaja.

Si lo miramos desde otra perspectiva, América Latina es la piezas más importantes del domino, la ficha del domino sagrada, o bien la “mula más alta”; por qué? Por las materias primas que se tienen, por la extensión de territorio, por las múltiples salidas marítimas, por los hermosos paisajes, por la capacidad intelectual, por la cantidad de personas, por mano de obra barata, por la riquísima cultura, por ser países con transnacionales que alimentan a las matrices Europeas, por ser países con solidaridad, nobleza y respeto, por…

Ya que los países desarrollados están estrechamente relacionados con nosotros, su poder de acción depende de nosotros, solo que no nos hemos hechos consientes de que “estas mulas altas” deben de empezar a jugar a la defensiva, si bien con alianzas, pero no con los grandes y en alianzas de desventaja, si no, alianza de países Latinoamericanos. Alianza de esas piezas importantes que sostienen desde hace varios años la economía de los países primer mundo.

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